Los ácidos grasos omega-6 son esenciales para la vida humana y deben que ser obtenidos a través de los alimentos.
Junto con los ácidos grasos omega-3, los ácidos grasos omega-6 juegan un papel crucial en la función cerebral, así como en el crecimiento y desarrollo. Ambos son ácidos grasos poliinsaturados que difieren entre sí en su estructura química y participan en el metabolismo de las prostaglandinas.
En general, las prostaglandinas derivadas de las dos clases de ácidos omegas (3y 6) tienen efectos opuestos Algunos ácidos omega-6 grasos tienden a aumentar la inflamación (un componente importante de la respuesta inmune del cuerpo), la coagulación de la sangre, y la proliferación celular, mientras que las de ácidos grasos omega-3 disminuyen estas funciones. Ambas familias de prostaglandinas deben estar en equilibrio para tener una salud óptima.
Aunque el cuerpo necesita más omega 6 que 3, en las dietas modernas, hay pocas fuentes de ácidos grasos omega-3 y muchas de omega-6.
El cuerpo usa el omega-6 para:
- Formar las hormonas que estimulan la liberación de moco cervical.
- Prevenir el sangrado.
- Activar las hormonas de respuesta ante el estrés.
Hay varios tipos de ácidos grasos omega-6, y no todos promueven la inflamación, de hecho, la mayoría existentes en la dieta provienen de aceites vegetales, como el ácido linoleico (LA). El ácido linoleico se convierte en ácido gamma-linolénico (GLA) en el cuerpo y el GLA puede reducir la inflamación.
