Frecuentemente se oye que el estrés puede provocar infertilidad. No hay duda que el estrés puede disminuir la fertilidad, pero además parece que los problemas de infertilidad generan mucho estrés en las parejas que están deseando quedarse embarazadas.
El antiguo dicho “relájate y te quedarás embarazada” es realmente cierto.
Algunos especialistas de la Harvard Medical School han señalado que el estrés y la depresión están implicados en algunos cuadros de irregularidad de ovulación, y que el estrés emocional en los hombres se puede asociar a un desarrollo alterado de los espermatozoides.
Una de las causas más comunes de retraso de la ovulación es el estrés físico y psíquico. Esto es así porqué el estrés puede afectar el funcionamiento del hipotálamo, la glándula en el cerebro responsable de muchas funciones en el aparato reproductor. El hipotálamo es el responsable de regular el apetito, la temperatura corporal y las emociones. Además también regula la hipófisis o pituitaria, la cuál es la responsable de liberar la FSH y la LH. Cuando el estrés afecta el hipotálamo, el resultado final puede ser la liberación retrasada de estas hormonas, las cuales son necesarias para la maduración y liberación del óvulo. Cuanto más tarde sea la ovulación, más largo será el ciclo menstrual. Ocasionalmente si el estrés es muy severo, puede impedir la ovulación por completo. Entonces podría suceder que la mujer tuviera ciclos largos con o sin ovulación, aunque hubiera un sangrado menstrual (hacer click anovulación para más información). También decir, que hay mujeres con ciclos largos en las que el estrés no está retrasando su ovulación.
El estrés es también un causante de sequedad vaginal: puede hacer desaparecer el moco cervical fértil.
En un estudio realizado sobre mujeres sometidas a FIV se demostró que las que presentaban niveles menores de estrés fisiológico cuantificable eran las que tenían mayores posibilidades de éxito. La relajación y ausencia de estrés favorecen la concepción, según los resultados obtenidos en un estudio en el que se llevó a cabo una valoración de los estados de ánimo mediante la aplicación de test psicométricos convencionales.
Cuando el estrés se mantiene prolongado en el tiempo, las glándulas suprarrenales son estimuladas para producir la hormona cortisol principalmente, y por otro lado al producción de la hormona DHEA disminuirá. Un exceso de cortisol en nuestro organismo puede tener efectos negativos:
– Aumenta la producción de insulina
– Favorece la osteoporosis
– Disminuye la capacidad inmunitaria del organismo
– Bloquea el metabolismo de los ácidos grasos y la conversión de las hormonas de la tiroides, concretamente bloquea la enzima (5-diodasa) que convierte la hormona T4 en T3 (leer más en infertilidad por hipotiroidismo subclínico)
– Destruye la flora intestinal, favoreciendo el crecimiento de bacteria y microorganismos patógenos
– Disminuye la producción de las inmunoglobulinas A, la primera línea de defensa inmunitaria en el intestino.
Por otro lado, una cantidad adecuada de la hormona DHEA es vital para nuestra salud. Sus funciones principalmente son:
– Formación de estrógenos y progesterona
– Estimulación de la formación ósea
– Estimulación del sistema inmune
– Disminución del colesterol LDL
– Aumento de la formación de la masa muscular
– Disminución del porcentaje de la grasa corporal
No es de extrañar pues, que una baja producción de la DHEA, debido a un estrés prolongado, tenga repercusiones negativas en nuestra salud y en nuestra fertilidad. Un estrés prolongado en el tiempo puede causar irregularidades menstruales, cambios hormonales y por tanto infertilidad.
¿Cuáles son los principales alimentos que pueden agravar nuestro estrés?
- Café
- Té
- Alcohol
- Chocolate
- Azúcar
- Bebidas de cola
Este artículo es de carácter informativo y no intenta diagnosticar, ofrecer tratamiento médico o nutricional o reemplazar el consejo de un terapeuta profesional. La toma de remedios naturales y/o plantas chinas no debería realizarse sin consultar a un terapeuta certificado. Consulta a un profesional de la salud para seguir un plan de tratamiento conveniente para ti.