Vitamina D: Potenciando la fertilidad femenina

La vitamina D normalmente se relaciona con el metabolismo óseo y con el calcio. Se considera una prohormona: se convierte en un metabolito que actúa como una hormona esteroidea esencial para mantener la homeostasis del esqueleto regulando los niveles de calcio y fósforo.

También se relaciona con enfermedades crónicas (cardiovasculares, diabetes, enfermedades autoinmunes, cáncer y otras enfermedades que afectan al sistema nervioso como la depresión)

Muchos estudios demuestran en la vitamina D una capacidad antitumoral: antiproliferativa y proapoptótica, y antimetastásica en procesos cancerosos como el cáncer de mama o de riñón.

Metabolismo de la vitamina D: de la vitamina a la hormona esteroide activa

Bajo la acción de los rayos UBV, presentes en nuestras latitudes de abril a octubre, la piel produce la vitamina D3 a partir del 7-dehidrocolesterol.

Transportada en la sangre vía la DBP (vitamin D Binding Protein), la vitamina D es transformada bajo la acción de hidroxilasas a nivel hepático en 250HD, y luego a nivel renal en 1’250H2D o calcitriol, que es la forma activa de la vitamina D, y la verdadera hormona esteroide.

Dicha hormona va a actuar sobre diferentes células enlazándose con su receptor VDR en el citosol en más de 36 tipos celulares (epidermos, páncreas, miocardio, cerebro, células intestinales, osteoblastos, túbulo renal, paratiroides.

Por tanto la síntesis de vitamina D puede también ser efectiva en estos otros lugares, además del conocido metabolismo óseo, generando efectos locales.

Papel de la vitamina D en la fertilidad femenina:

La presencia de receptores para la vitamina D en el ovario, útero (endometrio) y placenta, la relacionan con la fertilidad y el embarazo.

Según muchos estudios, la vitamina D mejora las condiciones para la implantación embrionaria, por su acción en el endometrio, gracias al efecto antiinflamatorio e inmunomodulador de la vitamina D en el sistema inmunológico, ya que es necesario que el embrión sea tolerado inmunológicamente por la madre. Además, esta vitamina produce la activación de genes relacionados con la implantación.
Se ha comprobado que los niveles de vitamina D en sangre son proporcionales a los niveles en líquido folicular, y se cree que la vitamina D podría paliar el envejecimiento ovárico.
También ha sido descrito un aumento de la secreción de progesterona por las células de la granulosa del ovario. Esta hormona es imprescindible para que el embarazo sea evolutivo y se mantenga.
La vitamina D también se ha relacionado con la hormona antimulleriana (AMH), comúnmente conocida como un marcador de la reserva ovárica.
Un déficit de Vitamina D afecta a los tejidos reproductores femeninos, produciendo inflamación del útero y la placenta, inhibiendo la replicación celular o provocando un efecto insulino-sensibilizador, estos dos últimos puntos relacionados con la endometriosis y el síndrome del ovario poliquístico (SOP).
Además, afecta a la aparición de miomas uterinos y aumenta los abortos espontáneos.

Todo esto provoca dificultad a la hora de lograr un embarazo y que este sea evolutivo.

Si los niveles de vitamina D son adecuados, la mujer tendrá menos riesgo de padecer algunas de estas afecciones ginecológicas o las mejorará y, por tanto, presentará un mejor pronóstico en el momento de buscar un embarazo.

La carencia de vitamina D en mujeres en edad reproductiva es bastante habitual. Unos niveles de vitamina D en suero superiores a 30 ng/ml se consideran suficientes según los valores de referencia. Si los niveles están entre 21 y 29 ng/ml hablamos de insuficiencia, y si son menores de 20 ng/ml será una deficiencia. Los valores óptimos de vitamina D están entre los 40 a los 60 ng/ml.

Papel de la vitamina D en el embarazo:

La carencia de vitamina D en la mujer embarazada puede ocasionar mayor riesgo de complicaciones obstétricas. La vitamina D desarrolla funciones fisiológicas como la regulación del metabolismo, mantenimiento de huesos y dientes, correcto funcionamiento del sistema inmunitario y participación en el proceso de secreción de la insulina.

Los problemas en el embarazo con bajos niveles de vitamina D son:

Crecimiento fetal retardado o bajo peso al nacer.
Preeclampsia.
Diabetes gestacional.
Mayor riesgo de cesárea.
Depresión postparto.
Deterioro del sistema inmunitario.
Riesgo de hemorragia posparto grave.
Riesgo en el recién nacido de padecer raquitismo, convulsiones, retraso en maduración de las fontanelas, y retraso psicomotriz.

Fuentes de vitamina D:

Nuestro organismo produce en torno a un 70-90% de la vitamina D gracias al efecto de la radiación solar en la piel. Por tanto, lo más recomendable es una exposición* moderada y diaria al sol de unos 15 minutos (evitando las horas centrales del día) para mantener unos niveles adecuados de vitamina D.

Sin embargo, el 10-30% restante de vitamina D lo adquirimos por la dieta al ingerir determinados alimentos ricos en esta vitamina, como son:

Pescado azul como el salmón, caballa, sardina, atún
Ostras, almejas, gambas y langostinos
Aceite de pescado
Yema de huevo
Hígado
Leche, queso y yogures (especialmente si están enriquecidos)
Champiñón, shiitake (se deben cocinar el mínimo tiempo posible)

Exposición solar:

Se pueden producir cantidades adecuadas de vitamina D con una exposición moderada al sol en la cara, los brazos y las piernas. En términos generales sería suficiente con una media diaria de exposición al sol de 10 a 30 minutos, evitando las horas de máxima radiación del mediodía. Es importante hacerlo de manera prudente y teniendo en cuenta factores que pueden reducir la cantidad que nuestra piel producirá. Alguno de estos factores pueden ser: la edad avanzada, la piel oscura, el uso de cremas protectoras, nubes o exponernos al sol detrás de un cristal. En este último caso, la producción de Vitamina D será nulo.

La exposición excesiva sin protección en las horas centrales del día genera roturas en el material genético que desencadenan procesos cancerígenos y el aumento de la pigmentación puede disminuir la producción de vitamina D3 hasta 50 veces. Sin embargo, la protección total impide que la radiación UV llegue a la dermis, inhibiendo por completo la principal vía de síntesis de la hormona antitumoral vitamina D.

¿La falta de vitamina D tiene síntomas?

No necesariamente, en la mayoría de las deficiencias de vitamina D todavía no se notan síntomas. Sí puede relacionarse con debilidad y dolor muscular, dolor óseo, facilidad para enfermar con resfriados y virus, fatiga y cansancio, depresión, retraso en cicatrización de heridas, deformaciones en los huesos (sobre todo en tórax), niveles bajos de calcio o fósforo en sangre, osteoporosis o que haya fracturas con facilidad.

¿Qué tengo que tener en cuenta a la hora de suplementar con Vitamina D?

¿Si ya tomo un multivitamínico que lleva Vitamina D, es suficiente?

¿Qué puede ocurrir si mi Vitamina D sigue baja a pesar de la suplementación o exposición solar?