¿Cómo influyen los tóxicos a nuestra fertilidad?
Básicamente de 4 maneras diferentes:
- Ejercen un efecto de envejecimiento acelerado a nivel celular, así que para mujeres que quieren una buena calidad de óvulos deberían llevar una vida libre de tóxicos
- Pueden actuar como disruptores endocrinos, por ese motivo pueden producir alteraciones en diferentes aspectos de nuestras hormonas perjudicando nuestra fertilidad
- Alteran nuestra microbiota, y por tanto pueden crear disbiosis y fallos de implantación
- Afectan a nuestros emuntorios y la capacidad de depuración hepática, lo que produce alteraciones hormonales que puede derivar a crecimiento de pólipos, miomas, o endometriosis.
¿Cuáles son los tóxicos que afectan a la fertilidad?
No solo son los tóxicos que entran en nuestro cuerpo a través de la comida (herbicidas, pesticidas, etc), se trata principalmente de todo aquello que absorvemos a través de la piel e inhalamos.
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, está cubierto de poros, y todo lo que nos apliquemos encima se absorbe y va directo a los vasos sanguíneos que hay abajo. Realmente es más grave que “comerse” los tóxicos, al menos cuando “los comemos” hay un proceso de digestión y evacuación, y tenemos la posibilidad que una parte se absorba y otra se elimine con las heces. Lo que aplicamos en la piel o lo que inhalamos (por ejemplo pinturas, disolventes o incluso los perfumes sintéticos), necesitán de otros pasos más complejos para conseguir eliminarse del cuerpo.
Primero de todo, explicaros que en el sector cosmético no hay una definición legal consensuada, ni una limitación para el uso de los términos “cosmética natural”.
Esto implica que nos podemos encontrar productos etiquetados como «naturales» pero que, una vez examinado el listado de ingredientes, vemos que contienen solo algunos ingredientes de origen natural en su composición.
Esta falta de concreción favorece el uso del término natural como simple reclamo publicitario. Muchas empresas de cosmética convencional decoran sus envases con tonos verdes, plantas de aloe, frutos silvestres. Esta práctica de marketing se conoce como greenwashing.
Más allá de las siliconas y los parabenos, que ya tenemos oídos desde hace tiempo, hay muchos otros ingredientes que se deben saber identificar. La lista es larguísima, pero destacamos los que representan un riesgo para la salud y se utilizan habitualmente en la cosmética convencional:
- Bases detergentes para hacer espuma: Sodium Lauryl Sulfate y otros sustitutos en teoría menos peligrosos, como Ammonium Lauryl Sulfate, Disodium Laureth Sulfosuccinate, Sodium Laureth Sulfate, Sodium Lauryl Sulfoacetate, Sodium Myreth Sulfate.
- Vaselinas y parafinas derivadas del petróleo: Sustituyen a los aceites vegetales formando una película que da un aspecto de hidratación, pero que ahoga los poros. Hablamos de Mineral Oil, Paraffinum Liquidum, Petrolatum, cera microcristalina, vaselina, siliconas y otros nombres terminados en “one” “thicone” y siloxane.
- Ingredientes que terminen en -ETH y -PEG: son emulsionantes derivados del petróleo usados en jabones y champús para mejorar la viscosidad. Estos productos han sido sometidos a un proceso con óxido etileno y pueden quedar restos. Este componente está prohibido por la Unión Europea porque tiene actividad carcinógena, pero los restos de impurezas no están controlados.
- Bronopol: Se usa como conservante en acondicionadores y gel de ducha. El bronopol es un disruptor endocrino y se degrada formando formaldehído y nitrosaminas, ambos reconocidos cancerígenos. En el INCI aparece con el nombre 2- Bromo-2-Nitropropane-2,3-Diol.
- Parabenos: Son un gran bactericida y por ello se utilizan como conservante en todo tipo de productos cosméticos. Son un disruptor endocrino y se relacionan con cáncer de mama. Se pueden identificar bajo diversos nombres: Methylparaben, Ethylparaben, Butylparaben, Propylparaben. A menudo se hace hincapié en que no hay parabenos, pero se sustituyen por fenoxietanol (Phenoxyethanol), otro conservante que es tóxico para el sistema inmunitario y que puede provocar reacciones alérgicas.
Así, pues estas sustancias artificiales, entrarán directamente a nuestra sangre. Esto quizás no nos mata inmediatamente, pero produce una situación de micro-envenenamiento constante, que afecta al buen funcionamiento de nuestros órganos y participa en el aceleramiento del envejecimiento celular y también a nuestra fertilidad directamente.
¿Y qué son los disruptores endocrinos?
El sistema endocrino lleva a cabo su función mediante la elaboración y secreción de una serie de sustancias llamadas hormonas que, al unirse a receptores en las células dianas, provocan una
respuesta. Entre ellos, los que afectan a la capacidad reproductiva y el desarrollo sexual comoestrógenos, andrógenos o progestágenos.
Los disruptores hormonales son cualquier compuesto químico contaminante del medio ambiente que una vez incorporado a un organismo afecta el equilibrio hormonal en el humano y en diversas especies. Son químicos capaces de mimetizar nuestras hormonas y, por tanto, de alterar el correcto funcionamiento corporal.
Los disruptores endocrinos pueden interferir de dos maneras. Bien como “agonistas” de hormonas, que las “suplantan” activando sus receptores. O como “antagonistas”, que bloquean el receptor e impiden que la hormona haga su función.
Estos disruptores endocrinos pueden clasificarse en:
- derivados de productos farmacéuticos
- fungicidas
- pesticidas organoclorados
- derivados de la industria del plástico
- derivados del antraceno
- miméticos androgénicos
- metales.
En los últimos 69 años se han documentado alteraciones importantes en numerosas especies localizadas en diferentes áreas del planeta; entre otras, pérdida de la capacidad reproductora e instinto maternal, mortandad masiva de algunas especies, comportamiento sexual anormal o deformaciones de los órganos reproductores.
En cuanto a los humanos, y específicamente en el hombre, cada año la calidad y concentración de los espermatozoides por eyaculado masculino se reduce un 1 % acorde a un metaanálisis sobre más de 100 estudios publicados entre 1934-1996. Este metaanálsis alerta de esta disminución en poblaciones de varones de diferentes áreas geográficas del planeta. ¿El motivo? Todo apunta a la industrialización y al efecto de la exposición a los tóxicos disruptores endocrinos.
A fecha de hoy, los disruptores endocrinos están omnipresentes en nuestro entorno cercano en multitud de productos de uso diario, entre ellos los productos de higiene y cosmética, los plásticos de las botellas y los envases, los plaguicidas, los lubricantes industriales, los fungicidas…
Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor de 800 compuestos son conocidos o sospechosos de interferir con la síntesis hormonal, los receptores hormonales o los mecanismos de acción de las hormonas.
Y realmente podrían ser muchos más que los 800 compuestos que indica la OMS, porque de los mas de 100 000 productos químicos presentes en el medioambiente, solo se han estudiado sus potenciales efectos adversos en una pequeña proporción.
¿Cómo afectan los tóxicos y calidad de los óvulos?
Los tóxicos son particulas que alteran nuestro organismo y la capacidad de transcripción de nuestro ADN, afectando gravemente el equilibrio celular y produciendo fragmentación de ADN tanto en el hombre en los espermatozoides como en la mujer durante el crecimiento folicular.
En diferentes estudios clínicos con diferentes tóxicos y ratones se han obtenido resultados que indicaron que la exposición al tóxico podría afectar la calidad de los ovocitos a través de sus efectos sobre la integridad del citoesqueleto, la generación de ROS (, la inducción de la apoptosis y las modificaciones epigenéticas.
¿Y cómo más pueden los tóxicos afectar a nuestra fertilidad?
Afectan gravemente a nuestros emuntorios, es decir órganos “detoxificantes”
El Hígado, es nuestro órgano depurador por excelencia. No solo de los tóxicos externos, sino también de todos los tóxicos endógenos, y productos de desecho internos de nuestro cuerpo. El hígado tiene un papel fundamental en la salud hormonal y en la fertilidad, ya que se encarga de la degradación de las todas las hormonas, entre ellas las hormonas sexuales.
Lo que sucede es que estas sustancias sintéticas son irreconocibles por nuestro cuerpo, y aunque la mayoría de ellas las puede acabar eliminando, hay cierta dificultad para hacerlo. Las vías depurativas hepáticas se pueden llegar a bloquear, dejando moléculas a medio degradar, lo que se llaman metabolitos intermedios. Por ejemplo en el caso de los estrógenos, cuando el hígado no depura bien, lo que sucede es que los metabolitos intermedios del estrógeno, son metabolitos todavía activos a nivel hormonal y de hecho son potencialmente más activos que los estrógenos originales. Esa situación puede conllevar problemas de fertilidad, y es una situación común en mujeres con endometriosis, que hacen pólipos o miomas.
Sin llegar al extremo de la patología, la falta de degradación hormonal se manifiesta en la mujer con muchos síntomas: todos los síntomas de la ovulación y del momento pre-menstrual, que son dos momentos puntuales del ciclo, donde hay muchas hormonas en circulación que deben de degradarse en poco tiempo..
Si visualizáis las gráficas hormonales cíciclas de la mujer, sabéis que previa a la ovulación encontramos dos picos hormonales importantes: el de la FSH y el de la LH. Esos picos suben y bajan drásticamente, eso quiere decir que esas hormonas circulantes hay que sacarlas de circulación rápidamente. Es allí donde el hígado interviene y las degrada.
Si tenemos a nuestro hígado bloqueado intentando eliminar sustancias químicas, tendrá menos capacidad para realizar sus funciones fisiológicamente normales para las cuales ha estado diseñado.
Por otro lado tenemos al Intestino:
En el intestino se acumulan ya de por sí muchos tóxicos propios endógenos del cuerpo. Así mismo se acumularán tóxicos externos. Se ha visto en diferentes publicaciones y estudios, que estos tóxicos acumulados y en concreto los tóxicos medioambientales, perjudican gravemente a nuestra microbiota, y preparan un terreno para sobrecrecimientos de patógenos.
Este terreno tóxico se transforma pues en un terreno además inflamado con sobrecrecimientos de levaduras, hongos, bacterias proteolíticas, archeas, etc.
Una inflamación de bajo grado en nuestro cuerpo afecta de muchas diferentes maneras nuestro equilibrio hormonal, y especialmente a nuestra tiroides cuando se cronifica.
Pero además, una disbiosis intestinal va a crear a medio plazo una disbiosis a nivel endometrial y uro-genital en general. El colon es el gran reservorio de nuestras bacterias, y las bacterias traslocan a través de los vasos de linfáticos. Si tenemos la microbiota mal en el colon, poco a poco va a ir afectando a otros lugares del cuerpo. Y a nivel de fertilidad se ha asociado la disbiosis endometrial con fallos de implantación en las clínicas de reproducción asistida.
¿Y qué productos de higiene personal y cosmética puede utilizar que sean de confianza?
Por mi historia personal con los tóxicos y problemas dermatológicos, llevo muchos años investigando las posibles alternativas que hay en el mercado.
Hasta hace bien poco, no había nada que os hubiera recomendado, por no ser realmente libre de tóxicos.
Ahora, con el auge y la lucha por una vida más sana y más equilibrada, han salido diferentes casas de cosmética natural interesantes que sí os podría recomendar.
En mi casa y con los míos, yo utilizo los productos Ringana.
Son productos 100% naturales, veganos y además tienen una diferencia para mi importate al resto: son FRESCOS y tienen fecha de caducidad. Es decir, su aporte nutritivo a este órgano tant extenso que tenemos (nuestra piel) es mucho mayor. Al igual que entendemos que la comida fresca es mejor para nosotros, que la comida en conserva, así mismo con la cosmética.
Además es una marca que tiene unos principios de sostenibilidad y ética que comparto al 100%. Este motivo por el cual me he convertido en distribuidora de esta marca, para apoyar a empresas que se preocupan por nuestra salud, por las personas y por el planeta.
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¡Gracias por vuestro apoyo!
📚Disruptores endocrinos. Composición química, mecanismo de acción y efecto sobre el eje reproductivo.
Hugo Scaglia, Carlos Chichizola, Maria Cecilia Franconi, Beatriz Ludueña, Carlos Mastandrea, Javier Scaglia
Laboratorio de Determinaciones Hormonales. Hospital Italiano de La Plata y Alkemy-Center Lab. Santa Fe
Reproducción 2009; 24:74-86
📚Acrylamide toxic effects on mouse oocyte quality and fertility in vivo. Xin Duan, Qiao-Chu Wang, Kun-Lin Chen, Cheng-cheng Zhu, Jun Liu, Shao-Chen Sun. DOI: 10.1038/srep11562
